Como en sombra del almendro,
suave en columpio me adormezco,
con un dulce ir y venir,
en segundos yo me duermo.
Con el murmullo de las aguas
y trinar de miles aves,
el cuerpo ligero canta,
al encontrar las esmeraldas.
Cual seda entre tus manos,
revolotea el coqueteo,
que tengo a tu lado aurora,
sin más que no te dejo.
Recorriendo tu amado cuerpo,
pero inerte y sordo el mío,
me sujetas cual prisión,
con barrotes de terciopelo.
Incansable entre tus brazos,
me sostienes como un angel,
en segundos que no cuento,
arropándome...no miento.
Tu poder es infinito,
en tu espacio soy artista,
de inquietudes encubiertas,
como Morfeo,me miras...te deleitas.
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